lunes, 3 de marzo de 2014

El amor llena lo que el orden abarca

Cuando restauramos el orden de un sistema por medio de una constelación, todo ese amor que sabe cercano pero no manifestado tiene un lugar donde florecer, hacer su trabajo y seguir su camino para las siguientes generaciones, comparto los pensamientos de Bert Hellinger sobre la inter relación del orden y del amor.

El amor llena lo que el orden abarca
Uno es el agua, el otro es el jarro


El orden recoge, el amor fluye
Orden y amor se entrelazan en su actuar

Como una melodía la sonar, se guía por las armonías,
así el amor se guía por el orden. Y como el oído
difícilmente se habitúa a las disonancias, por mucho
que se expliquen, así nuestra alma difícilmente
se hace a un amor sin orden

Algunos tratan a este orden
como si no fuera más que una opinión,
que pudieran tener o variar a su gusto

En realidad, sin embargo, nos viene dado: actúa aunque no
lo entendamos. No se idea, se encuentra.

Lo conocemos, igual que al sentido y al alma, por su efecto.

Bert Hellinger (El centro se distingue por su levedad)

lunes, 10 de febrero de 2014

La búsqueda de sentido

Te invito a descargar este artículo sobre lo que podemos hacer para no perder el sentido para que empezamos a leer las cartas y como evitar el desgaste si lo haces profesionalmente.


martes, 17 de diciembre de 2013

Para constelar con responsabilidad

Comparto este consejo de Sophie Hellinger acerca de un requisito fundamental para desarrollar el trabajo en constelaciones, también discute acerca de no querer hacer constelaciones con "finales felices" este precepto lo refuerzo constantemente con mis alumnos presenciales o a distancia. 

¿Qué es lo que un "constelador" tendría 
que tener en cuenta en su trabajo?

La condición básica para ser un buen/a constelador/a consciente de su responsabilidad es aprobar a su propia madre en su totalidad: respetarla, reconocer su grandeza y aceptar todos sus actos en su totalidad. Si un/a constelador/a todavía no ha logrado esto, se ciega para toda clase de implicaciones del cliente con la madre y además en su vida propia la felicidad y éxito solo serán a plazos cortos.

Los consteladores respetan profundamente las implicaciones sistémicas del cliente, su destino y su deseo en la constelación.

Para los consteladores conscientes de su responsabilidad, son desconocidas las  constelaciones que se hacen por hacer un favor. 

En la constelación, los consteladores se comportan modestamente, ante ésta fuerza más grande que surge de lo oculto a la luz del día.  

Una constelación siempre se logra cuando los consteladores se dejan guiar sin miedo, sin querer obtener un resultado a toda costa.   

En este caso, lo oculto podrá ser nombrado y dicho, aquello que el cliente no debería nombrar o decir. Proceder desde fuera contra algo agobiante que en la profundidad del alma del cliente tiene su acuerdo de él, ya desde el principio tiene que conducir al fracaso . 


Expresado en imágenes :

La persona que facilita la constelación entra con el cliente, si este lo permite, en el río y se deja llevar junto con él, después llegan juntos a una orilla, a una orilla nueva, a una orilla diferente.  

La persona que facilita la constelación queda libre de las pretensiones del cliente y el cliente queda libre del constelador. Eso significa que el constelador ayuda al cliente a ser capaz de actuar. 

En el trabajo con "frases que solucionan", frases de fuerza, es importante no juzgar. Sólo por juzgar mínimamente, el fracaso ya está programado. 


Ley fundamental del éxito: 
  • La manera en que alguien está relacionado con su madre, así está relacionado hacia su vida y su profesión. 
  • El éxito y la felicidad en la vida siempre empiezan con nuestra madre.

jueves, 5 de diciembre de 2013

El abrazo

Hace poco reflexioné acerca de: ¿Qué sucede en un abrazo? ¿Qué le antecede? Es decir, alguien extiende los brazos. Frente a él se encuentra alguien a quien ama. Tal vez esa persona también extiende los brazos. Luego avanzan el uno hacia el otro y se abrazan estrechamente. Una sensación maravillosa, una unión íntima.



¿Pero cuánto tiempo lo aguantan? Después de cierto tiempo deben separarse. Entonces se alejan un poco. ¿Qué puede hacerse ahora? Uno deja los brazos extendidos y detrás del otro mira a algo más grande. Su familia, por ejemplo, su destino y la vida como un Todo, por supuesto. Abrazamos todo al mismo tiempo.

Luego volvemos a mirarnos, nos acercamos, pero nos detenemos a cierta distancia. Pero mantenemos la mirada. Entonces vemos al otro en un campo más grande. También a nosotros nos experimentamos en un campo más grande. Recién entonces esta relación es segura y grande.


Esa es la otra mirada, no sólo la segunda mirada. Es la mirada amplia. Recién entonces estamos plenos.



¿Cómo se cambia el destino hacia algo mejor? ¿Cómo nos liberamos de la implicación con un destino difícil? Dándoles un lugar en nuestra alma a esos muertos. Nos sintonizamos con ellos. Registramos su vibración y vibramos juntos. Así logramos, desde la mayor plenitud, la fuerza para una relación nueva.


Meditación: Vibrar juntos

Ahora haremos un pequeño ejercicio, una meditación. Pueden cerrar los ojos, si quieren. Van hacia el interior de ustedes y escuchan un sonido. El sonido de ustedes. Permiten que vibre por cada célula del cuerpo. Esa vibración no surgió en nosotros. Proviene de otro lugar. Es un vibrar junto con algo más grande. Con el mundo, con la Vida. Mientras nos percibimos así en esta vibración, nos vemos frente a la persona que más amamos. Nos exponemos a su vibración. 

También él vibra de una manera especial. También él vibra con algo más grande. Ahora permitimos a las dos vibraciones que se sintonicen: mi vibración y la vibración de la otra persona. Y esperamos. De repente ambos vibramos en sintonía con algo grande y nos experimentamos de una manera nueva, diferente. Esa vibración tiene futuro.

*

Eso por supuesto tiene consecuencias importantes también en otro aspecto. Es realmente un pensamiento maravilloso, esa sintonía. Cuando trabajo con parejas en realidad se trata de ayudar para que vuelvan a vibrar juntos. Eso por supuesto presupone algo: que al comienzo vibro junto con ellos y que también ellos vibren conmigo. Si por ejemplo voy al mercado y allí veo una manzana llamativa y voy y la tomo en mis manos diciendo: “Quiero esa”: ¿de esa manera estoy sintonizado con la manzana? ¿Y luego me va a gustar? ¿Me hará bien? ¿Vibro yo con ella, y puede ella vibrar conmigo?

Nos necesitamos mutuamente

¿Quién de los dos miembros de una pareja necesita menos al otro? Esa es una pregunta importante. La mejor manera para que la relación de pareja se logre es que ambos se necesiten mutuamente. Ciertamente eso contradice la idea moderna de autonomía y de “Cada uno arma su propia vida y también sabe cómo hacerlo”, pero somos seres humanos porque necesitamos a alguien. Sólo somos seres humanos en la medida que necesitamos a alguien – y lo admitimos. Ahí termina la libertad, y la felicidad comienza.

La comunidad de destino


Quiero decir algo general acerca de la relación de pareja. La relación de pareja es el comienzo de una nueva familia. Nos criamos en una familia, salimos de esa familia y fundamos una nueva familia. En la nueva familia continuamos lo que experimentamos y vivenciamos en nuestra familia. Solamente podemos vivir en una familia. Toda familia comienza con el amor del hombre y la mujer. 
Ese es el comienzo de la familia. De ese amor crece la familia en los hijos. Pero los padres y la pareja provienen de familias diferentes y vienen de otras tradiciones. Así como el hombre y la mujer son diferentes y deben encontrarse como diferentes, para lograr la relación también deben encontrar y entenderse las familias diferentes. Es decir que en la nueva familia se procrean  las dos familias de los padres. Toda familia es una comunidad de destinos. ¿Qué significa destino aquí? ¿Qué es lo que en una familia actúa de manera especial como destino? Los muertos. Sobre todo los muertos excluidos, los muertos rechazados. Ellos actúan como destino para los próximos, para los que les siguen.

Bert Hellinger / Ayuda para vida actual

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Meditación: Gracias, querida madre, gracias, querido padre

Tal vez nos sea posible limpiar interiormente nuestra imagen de Dios y limpiar nuestra imagen de la madre. Hago una breve meditación con ustedes. Si lo desean pueden volver a cerrar los ojos. 

Ocurre que yo también tenía ciertas expectativas con mi madre. A veces
interiormente le hice reproches. A veces yo la lastimé y ella lo sintió. 

Entonces hace poco le escribí una carta en mi mente – ella ha fallecido hace ya mucho tiempo. En esa carta yo le pedía perdón. Ahora les cuento lo que escribí en esa carta. Tal vez interiormente ustedes puedan comprenderla. La carta decía más o menos lo siguiente. 

“Querida madre, Tú eres una mujer común y corriente como tantos millones de mujeres. Y así yo te amo, como una mujer corriente. Como una mujer corriente conociste a mi padre, también él una persona común y corriente. Ustedes se amaron y decidieron pasar toda una vida juntos. Y se casaron, también de un modo común y corriente, y se amaron profundamente como hombre y mujer. De ese profundo amor surgí yo. Yo soy un fruto de vuestro amor. Yo vivo porque ustedes se amaron, de un modo corriente.

Ustedes esperaron por mí, nueve meses, con esperanza y también con la preocupación de que todo saliese bien, para ustedes y para mí. Sí, querida madre, entonces me pariste con dolor y con miedo, del mismo modo que otras madres parieron a sus hijos. Luego llegué yo. 

Ustedes me miraron. Ustedes se miraron entre sí y se sorprendieron: ¿es éste nuestro hijo? Y entonces me dijeron “Sí”. Sí, tú eres nuestro hijo y nosotros somos tus padres. Te aceptamos como nuestro hijo. Entonces me dieron un nombre con el cual me llaman. Y me dieron sus nombres y dijeron a los cuatro vientos: Este es nuestro hijo. El nos pertenece. 

Luego ustedes, durante muchos años, me alimentaron y protegieron y educaron. Constantemente ustedes pensaron en mí. Se preocuparon y se preguntaron lo que yo necesitaba. Y ustedes me dieron tanto. 

Otras personas dijeron, y también yo a veces lo dije, que ustedes se 
equivocaron, que ustedes no fueron totalmente perfectos y de que otra manera ustedes deberían haber sido. Pero así como ustedes fueron, fueron perfectos para mí. Solamente porque ustedes fueron como fueron es que yo soy lo que soy. Para mí todo fue perfecto. Gracias, querida madre, gracias, querido padre”. 

Ahora viene lo importante. 

“Yo te libero, querida madre, de todas mis expectativas y pretensiones que van mucho más allá de lo que se le puede pedir a una mujer común y corriente. Yo recibí lo suficiente, y eso alcanza. Gracias”. 

Ahora miramos por sobre nuestra madre y por sobre padre hacia Dios. 

Cualquiera sea el significado de Dios, seguirá siendo un misterio. No obstante, nosotros vemos a nuestros padres a su servicio. Es Dios quien vive la vida de mis padres,  9 no son ellos. Así como yo vivo su vida, no la mía. La vida de mis padres y la mía vienen de muy lejos, de algún otro lugar. Así la tomo yo y de esa manera estoy unido profundamente tanto a mis padres como a Dios. 

Por ahora esto es suficiente para acercarnos al primer anillo de las experiencias y las imágenes y los pensamientos divinos. Yo destejí algunos pensamientos y los puse juntos: los padres y nuestras expectativas de ellos, lejos de Dios y en la vida cotidiana, y dejé a Dios con su distancia y su estatura. Por lo menos, así me lo imagino yo.

Hellinger
Conferencia pensamientos divinos
Marzo 2005

martes, 26 de noviembre de 2013

La alegría


La alegría levanta. La alegría nos abre interiormente. Ella es la plenitud. La alegría nos pone en movimiento, la alegría anima. La alegría se mueve y arrastra a los demás.

Con alegría cantamos. Ella no deja que nos quedemos sentados. Tomamos a otros de la mano y con ellos comenzamos a danzar, felices comenzamos a danzar.

La alegría está atenta. En las demás personas o en alguna cosa sentimos una luminosa alegría. Pues la alegría ilumina. Ella resplandece en nuestros ojos y en nuestros rostros.

Toda alegría es alegría de vivir. Ella se nutre de la plenitud de la vida y la felicidad. Es por eso que nos arrastra, a nosotros y a los demás.

Junto a esta agitada alegría también experimentamos una alegría silenciosa. 
Por ejemplo, cuando nos alegramos de la existencia de otros, cuando nos alegramos de ellos tal como son. Así se alegran los padres de sus hijos. Así nos alegramos nosotros de un éxito cuando algo nos ha salido bien.

La alegría es la coronación de la sabiduría. A través de una cara bondadosa ella irradia y acompaña al amor. Ella acompaña al amor, al amor permisivo, al amor que en consonancia deja que la vida siga su curso y con ella todo lo que crece. Esa alegría está en sintonía con la vida. Ella ha dejado atrás las grandes exigencias, porque está satisfecha. 

Ese es un amor rico.

(Bert Hellinger / Ayuda para la vida actual)